Nunca hay un momento aburrido en Pakistán. Siempre encontrará grandes noticias de algún tipo. Si no es matando a cientos de personas en plena luz del día en un mercado abarrotado de extremistas, es un terrorista suicida volar a sí mismo en una mezquita o en un santuario. Si no es partidarios de extremistas congregar en las calles de Lahore o Islamabad, es algún tipo de protesta lo.
Pero este tipo de violencia y agitación política suceder en casi todos los países, más aún si es un epicentro de actividades de talibán y al Qaeda. Lo que distingue a un Estado fallido del resto es su respuesta a tales convulsiones y la capacidad de restaurar la ley y el orden de acuerdo a los deseos del pueblo. Esta capacidad es asegurada por el liderazgo del país. Es la dirección de Abraham Lincoln que diferentes Estados Unidos. Fue el liderazgo de Lyndon Johnson que implementar los derechos civiles. Fue el liderazgo de Mohammad Ali Jinnah, que lideran un movimiento por los derechos de los musulmanes en la India. Fue el liderazgo de Gandhi que tiene libertad de India. Seguramente los estándares de liderazgo han disminuido en las últimas dos décadas. América fue gobernado por George w. Bush, y Pakistán ahora está gobernada por una clase política débil.
Si desea ver un ejemplo del lamentable estado de la actual dirección política en Pakistán, tenga en cuenta las declaraciones emitidas por funcionarios del Gobierno tras el reciente caos en Karachi. En sólo cuatro días, hasta 100 personas fueron asesinadas brutalmente por ataque de pistoleros en las calles. Sería de esperar que el Gobierno podría intervenir para poner fin a la carnicería y presionará llevar a los asesinos ante la justicia; en su lugar, Ministro del Interior Rehman Malik afirmó que las cifras de muertes debido a asesinatos selectivos no era exacta. Según el Ministro, 70 por ciento de las víctimas murió a manos de sus esposas o novias. No es una broma que paquistaníes mayoría desean que Malik tenía una esposa o novia como ese. ¿Incluso si se acepta la explicación creativa de Malik, no tiene sentido preguntar por qué no se mantuvo orden? ¿Están orientados a rogue esposas y novias por encima de la ley?
Dos días después de que los paramilitares fue llamado para restaurar la calma en la ciudad y la política de dos partidos--representantes de PPP y el MQM--enfriado su feroz guerra de palabras, el Ministro del Interior afirmó que las fuerzas extranjeras estaban detrás de los disturbios, diciendo que se utilizaban armas israelíes realizados por "miscreants" en los asesinatos. Si se siguen las explicaciones del Ministro a su fin lógico, uno concluiría que el mencionado esposas y novias ahold de armas realizados en Israel, o que Israel declaró la guerra con Pakistán y contrató a servidores proxy para hacer su trabajo sucio en las calles de Karachi. Tales teorías boggle verdaderamente la mente.
Baluchistán es una provincia que ha sido plagada por las ondas de secuestros, asesinatos, una insurgencia separatista y violencia sectaria. La situación también es atribuida a una conspiración extranjera, y el ejército se envía periódicamente en sofocar la violencia. Seguramente la mayoría de los políticos creen que el ejército no es la respuesta y un acuerdo político es necesario para resolver los problemas en Baluchistán. Al parecer una solución política no es posible, porque el Ministro principal de la provincia es ocupado sobre su propia "cuestiones de salud".
El mismo Ministro Jefe, Raisani, ha cortejado controversia antes. Hace unos meses los medios de comunicación locales y miembros de algunos partidos políticos comenzaron a identificar a los funcionarios públicos que tenían títulos falsos. Varios fueron despedidos de sus cargos. Incluso algunos de ellos lograron volver a la escena política después de que sus votantes les reelección. La cuestión se convirtió en una saga nacional. En respuesta al escándalo, Ministro remarcó que "un grado es un grado, no importa si es auténtica o falsa". de Baluchistán
Estos incidentes revelan que Pakistán es no sólo ante las amenazas de terrorismo graves diariamente de los insurgentes y los militantes, sino también una grave crisis de liderazgo político. La amenaza insurgente no puede ser derrotada con la fuerza militar por sí sola. Dirigentes políticos de Pakistán han demostrado fuerte voluntad y visión. La triste realidad es que Pakistán sufre de un vacío de liderazgo y los políticos no son serios acerca de sus puestos de trabajo ni dispuestos a actuar de manera responsable.
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